El presidente Emmanuel Macron deberá compartir el poder. Hay incertidumbre en Francia a tres semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París.
La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) es la ganadora de las elecciones legislativas en Francia. Pero es un triunfo sin mayoría absoluta, tras un ajustado balotaje con la alianza centroderechista del presidente Emmanuel Macron en segundo lugar y la ultra derecha Agrupación Nacional (RN) en tercer puesto. Este mapa político anticipa una Asamblea Nacional enormemente dividida y sin mayorías claras. Por eso, la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, más aún en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas. La Asamble tiene 577 escaños. El Nuevo Frente Popular (NFP) de socialistas, comunistas, ecologistas y la radical La Francia Insumisa (LFI) obtuvo 182 escaños. Se añaden otros 13 de independientes de izquierda.
El bloque macronista (centroderecha), formado por tres partidos, perdió su mayoría al quedarse en 168 diputados, con una caída apreciable respecto a los 250 que tenía. Y el tercer puesto es para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), de Marine Le Pen, que partía como gran favorita tras su victoria en la primera vuelta. Finalmente, ganó 143 escaños. Pese a esta decepción, de todos modos el RN logra un resultado histórico, muy por encima de los 89 diputados de 2022, que ya supusieron un salto excepcional desde los 8 que tenían en 2017. Es decir, la ultraderecha sigue creciendo en aceptación. «Nuestro pueblo ha rechazado claramente el peor escenario posible», declaró el líder izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, para quien el NFP, que carece de mayoría absoluta, debe «gobernar», pero sin «entablar negociaciones» con la alianza de Macron. Los pactos implícitos entre el oficialismo y la coalición de izquierdas, consistentes en concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar a RN en cada circunscripción, frustraron la victoria ultraderechista.
Artistas, deportistas, sindicatos y organizaciones se movilizaron para frenar la llegada al poder de la extrema derecha, como la estrella del fútbol Kylian Mbappé, que había llamado a votar «del lado bueno», en estos tensos comicios. El imprevisto vuelco que supusieron las proyecciones, seguidas de los resultados que llegaban a cuentagotas, fue recibido con una explosión de alegría en la simbólica Plaza de la República por miles de simpatizantes de la izquierda que se habían congregado en su lugar habitual de concentración. Gran derrota de Macron Pero los resultados suponen también un golpe para el presidente Macron, de 46 años, que pierde la mayoría simple que gozaba desde 2022. Ahora deberá compartir el poder con un gobierno que no controlará. Su segundo mandato termina en 2027.
Muestra de que los comicios eran cruciales, la cifra de participación (59,71% a las 17:00) fue la más alta desde 1981. Incluso el expresidente socialista François Hollande volvió a la política y consiguió un escaño como diputado. Macron había adelantado las legislativas previstas en 2027 para pedir una «aclaración» política a los franceses, a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos del 9 de junio, en una decisión «arriesgada», según los analistas. La respuesta de los electores fue reconducir los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022 -izquierda, centroderecha y extrema derecha-, con una nueva relación de fuerzas y sin mayorías absolutas. A menos de tres semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París, la incertidumbre planea sobre la composición del próximo gobierno. El primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció que presentará su dimisión, pero se mostró dispuesto a dirigir el Ejecutivo de forma provisional ante la situación de bloqueo parlamentario y por la cercanía de los Juegos Olímpicos. Qué se viene en Francia Varias hipótesis emergen: una difícil coalición entre parte de la izquierda y el oficialismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la UE. Sin embargo, una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) de Mélenchon, importante socio del NFP, y el oficialismo. Macron calificó durante la campaña a este partido de «antiparlamentario» y «antisemita».
Una alternativa a LFI sería integrar en esta coalición a los diputados de derecha de Los Republicanos (LR), que no pactaron con RN. Sus eventuales escaños, entre 57 y 67, podrían ser cruciales para una alianza parlamentaria sin la izquierda radical.
El presidente francés se reunió con el primer ministro y con sus aliados en la tarde, antes de conocerse los primeros resultados, indicaron fuentes de su alianza. Los primeros pactos podrían llegar a partir del 18 de julio, cuando los nuevos diputados tengan que elegir la presidencia de la Asamblea Nacional y los principales cargos de la cámara baja. Tanto aliados y rivales de Francia en las escena internacional siguieron de cerca estos comicios, máxime cuando París, potencia nuclear, es uno de los motores de la UE y uno de los principales apoyos de Ucrania contra Rusia. De visita en la ciudad italiana de Trieste, el papa Francisco advirtió el domingo contra las «tentaciones ideológicas y populistas», sin mencionar a ningún país en particular.
Fuente: Primicias
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