La vicepresidenta Abad busca que su caso se resuelva en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para regresar a Ecuador con medidas de seguridad.
La vicepresidenta de la República, Verónica Abad, confesó que teme por su vida. Esto debido al hostigamiento que ha sufrido ella y su familia, desde la segunda vuelta electoral, en 2023, hasta ahora.
Abad, quien actualmente reside en Israel, agregó que después de ver la “arremetida” violenta del Gobierno contra su hijo, Francisco Barreiro Abad, y de ver cómo se atropelló a Embajada de México en Quito, sin duda, teme por su integridad.
“Llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que me pueda garantizar que regrese al país sin ser atentada. Esto se extralimitó. He sido una mujer muy prudente”, señaló a El País.
Al ser consultada sobre qué maniobra espera del presidente Daniel Noboa para destituirla, contestó que ese mecanismo inició por un decreto para desterrarla y reducir al mínimo la institucionalidad de la vicepresidencia.
“Por decreto, me han quitado la seguridad. Hasta este momento no hemos tenido funciones específicas, porque declarar a una vicepresidenta con figura de embajadora nunca ha existido. Me han nombrado con la misión de paz para Israel con Palestina. Es una inconstitucionalidad porque la vicepresidencia habla de sus funciones y no tenemos las funciones de en qué podemos trabajar”.
Crisis
Abad mencionó que el peor momento, desde que asumió su cargo de vicepresidenta, fue cuando hubo el allanamiento y encarcelamiento de su hijo. Señaló que la justicia “no tiene independencia de los poderes” en Ecuador.
Además, mencionó que continúan los intentos de destitución en su contra, a través de una denuncia en el Tribunal Contencioso Electoral, “con pruebas ridículas”. En este panorama, mencionó que tiene la obligación de hablar con los ecuatorianos, pero dos veces el Gobierno le mandó a “callar”. Así menciona que es víctima de violencia política, emocional y psicológica. “Quieren acabar con mi moral y mi decencia”.
Fuetne: Radio Pichincha
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